lunes, 30 de marzo de 2015

HACE UNOS AÑOS

HACE UNOS AÑOS

Abrí los ojos, como cada mañana. Me disponía a llevar a cabo la rutina de cada día. Todo empezaba con cómo vestirme, no me importaban mis gustos o mis preferencias, solo seguía las corrientes e intentaba ir a la moda. Mi adicción a las marcas solo era superada por mis pocas ganas de estudiar. Mi constante obsesión eran las zapatillas, las tenía de todos los colores, incluso les ponía nombre. No eran unas simples zapatillas, eran unas Nike, tenía otras que se llamaban Adidas, otras se hacían llamar Converse y así tenía una lista interminable. Cuando me las iba a poner, las dudas en la elección me asaltaban por todas partes, no solo importaba si el color era adecuado, también tenía que pensar si lo que representaba la marca era acorde al resto de complementos que llevaba completando mi obra. Y es que esto no era únicamente cuestión mía, mi entorno, mis amigos reconocían mis logros, me daban el aprobado e incluso el excelente según el conjunto que llevara ese día. Me hacía cada vez más popular, ya no era un chico común, los compañeros me admiraban por el logo que llevaba en la camiseta y a mí no me desagradaba tener amigos, podía incluso elegir la gente que me rodeaba y la decisión fue más  fácil de lo que pensaba.  
A las nueve menos cinco salía de casa, me despertaba con quince minutos de antelación porque en mi interior quería llegar tarde a clase. Para mi disgusto, el profesor siempre me dejaba entrar a clase y desde aquel momento mi único objetivo era el timbre que anunciaba el final. Luchaba por estar en última fila y el bien más preciado era estar al lado de la ventana, y no porque en invierno sintiera el calor la calefacción y en verano  entrara el refrescante aire. Por aquella ventana entraban un conjunto de historias, un conjunto de situaciones que hacían que la clase pasara más rápido. Mi atención a las palabras de la profesora se limitaba a escuchar mi nombre o hacer alguna gracia para obtener un reconocimiento de los amigos, era la intervención necesaria para seguir manteniendo mi  estatus social. 
El sentimiento más parecido a la libertad que experimentaba en el instituto era la educación física, la única asignatura donde no me llamaban la atención. Pero no era solo eso, era uno de los mejores alumnos y mis habilidades eran infinitas. Mi relación con el profesor era única, él era conocedor de todos mis problemas, tenía la sensación que únicamente él se preocupaba por mí. 
Llegado un día me metí en un problema, me vi involucrado en una pelea por los amigos que elegí. Yo no quería, simplemente me dejé llevar. Era la hora del patio y estaba de guardia mi profesor de educación física. Intervino y nos separó a todos, cogió a los responsables entre los cuales estaba yo y nos llevó a una sala en lo alto del instituto. Nunca había estado ahí, el camino se hacía largo, nadie hablaba, solo pensaba en qué les diría a mis padres. Justo antes de entrar escuche mi nombre, mi profesor me decía que yo me quedara fuera, los otros pasaron una puerta donde se leía “director”. Ahí tuve una conversación muy extensa y tranquilizadora sobre el modo de vida que llevaba, cambio totalmente mi visión sobre lo que realmente debía y no debía hacer. Los siguientes días intente no juntarme con esa clase de gente. Mi culpabilidad me hacía cuestionarme cada una de mis decisiones y lo más importante para mí era no defraudar al único profesor que confió en mí.  

Aquel día cambió mi vida, un pequeño acontecimiento que supondría un efecto dominó. Cambió mi entorno y mis amigos, mis problemas con los estudios desaparecieron. De esa época solo me quedan mis Nike, mis Adidas y mis Converse que siguen conociendo todos.

Yo también llevo mis N!

En respuesta a la pregunta, ¿Te has sentido identificado con alguna escena o parte del libro?,  puedo afirmar que con muchas de ellas, debido a que he sido alumno de una escuela, instituto o cualquier otro centro formativo.

Si tengo que elegir una de ellas, me ha llamado la atención la conversación en clase entre el profesor y  Maximilien, sobre el calzado y que representa para los jóvenes.
A Max le preguntan:
-Qué llevas en los pies?
Contesta; -Llevo mis N!!
Así reiteradamente y Max sigue respondiendo lo mismo: -Llevo mis N! 
Me he sentido identificado con Max, porque si me hubieran preguntado a mí por lo que llevo en mis pies probablemente hubiera contestado lo mismo, hubiera contestado con el nombre de la marca de las zapatillas que llevo puestas. 
El objetivo de esta reflexión, es como las marcas nos inducen a relacionar un producto que ha existido durante muchísimos años con un nombre en concreto, que lo identifique y que además nos haga sentir con un punto por encima del resto, aunque el resto también tenga este producto o cualquier otro que le otorgue este tipo de "estatus" (un estatus artificial, claro está).

No defiendo que no haya que consumir artículos de marca, ya que cada uno es libre de comprar lo que quiera, pero habría que pararse a pensar y ver si de verdad somos libres a la hora de elegir los productos que compramos o son otros factores los que de verdad hacen que nos decantemos por un producto u otro.

martes, 10 de marzo de 2015

Ensayo: ¿Qué es educar?

Enfrentarse al planteamiento de ¿Qué es educar?, resulta bastante complicado. La educación dentro del ámbito académico es un tema que se encuentra inmerso en constantes modificaciones, contradicciones y cambios de perspectiva. Es un tema que suscita importantes debates sociales, donde las partes implicadas tratan de enfocarla con el objetivo de que se transmita en “beneficio de todos”.

Desde mi punto de vista, frente a la pregunta planteada, sobre qué es educar, puedo decir que como individuo de una sociedad avanzada y con recursos, soy un sujeto más de la combinación de dichos planes educativos aplicados por los gobiernos que han formado parte del control de esta disciplina en nuestro país. Por tanto, para mí educar es mucho más que todo aquello que se transmite en la escuela, institutos y universidades. Educar, es todo aquello que vivimos y experimentamos como personas, incluyendo nuestro proceso de formación académica, y es algo que no dejamos de hacer durante toda nuestra vida. Es algo que nos tiene que hacer saber que, no es más educado o tiene mejor educación aquel que ha pasado por todos los años de formación académica, si no que una persona educada es aquella que sabe en todo momento, de manera correcta y moral, como actuar frente a las situaciones que se le plantean a lo largo de su formación como persona.

Según el capitulo 2 del texto de Savater hay una contraposición entre los términos “Educar” e “Instruir”, los cuales afectan de lleno a los roles que jugamos las personas en la sociedad. De manera que es la “Instrucción” (transmisión de conceptos, recepción y adquisición de ellos y su memorización) se antepone a la “Educación”, ya que es la que más estatus aporta dentro de una sociedad desarrollada, es decir el más valorado.

Sobre la imposición de los instructivo sobre lo educativo Juan Deval cita, «una persona capaz de pensar, de tomar decisiones, de buscar la información relevante que necesita, de relacionarse positivamente con los demás y cooperar con ellos, es mucho más polivalente y tiene más posibilidades de adaptación que el que sólo pose una formación específica».

Para mí una persona educada es esta, aquella que puede desempeñar todos los papeles inmersos en la educación. Aquella que es capaz de educar y ser educada por los demás, la que tiene capacidad de crear, de pensar, relacionarse, ayudar, emprender y de no tener miedo a fallar, delante de un sistema que esta medido por reglas y números a los que hay que agarrarse para saber cual es el nivel de tu educación. 

Pero claro, como yo hago ahora, es fácil hablar de este tipo de educación, en la que se  incentiven las cualidades que poseemos y no la asimilación de conceptos dedicados a plasmarlos en una prueba o examen que determines que sabes y que no. Creo que hay muchísimas cosas detrás de un tema tan amplio como la educación, y muchas veces son intereses de carácter económico, político y social las que evitan que se puede tomar conciencia de que es educar y como se debe hacer.


miércoles, 4 de marzo de 2015

Posters y estética

El pasado lunes se realizó la sesión de exposiciones de los pósters. Numerosos fueron los temas que cada uno de los grupos expusieron y mostraron en clase.
En nuestro caso, el grupo formado por Gerson Gonzalez, Vicent Tormo, Josep Tormo, Joan Faus i Gorka Gorrís, elaboramos dos posters con imágenes de Valerya Lukyanova y Justin jedlica, dos personajes públicos que mediante incontables operaciones estéticas y de cirugía han convertido sus cuerpos en auténticas réplicas de Barbie y Ken. 
Mediante estas fotos lo que pretendemos decir es hasta que punto un producto comercial puede influir sobre decisiones de tanto peso en la vida de una persona, en este caso un cambio de aspecto radical y artificial. 
Está claro que estos dos casos los podemos calificar como extremos, pero hoy en día en nuestra sociedad se da gran valor al aspecto corporal y el culto a él. Desde mi punto de vista el anhelo por mejorar el aspecto físico esta traspasando los limites éticos, muchísima gente se gasta miles de euros en operaciones estéticas, se gasta dinero en gimnasios, dietas, productos de cosmética y productos que ayuden al desarrollo de alguna de las funciones de nuestro organismo, con el objetivo de mejorar el aspecto físico y aún sabiendo que pueden ser perjudiciales, con efectos secundarios graves.

En definitiva este es un buen ejemplo de hasta donde es capaz el ser humano por llegar a parecerse a un estereotipo creado normalmente por las grandes compañías que invaden nuestra conciencia sobre los límites de aquello que nos beneficia o nos perjudica.